El aceite de lavanda es muy bueno para revertir algunas arrugas de expresión, y para utilizar como un aceite de Aromaterapia.
Además, en cosmética y aromaterapia puede ser usado como un perfume relajante y fresco, tanto para el cuerpo como para volcar en el agua del baño o aromatizar los ambientes.
Flores de lavanda
Aceite de almendras o avellanas
2 frascos de vidrio de tapa ancha y cierre hermético
Una pinza
Tela de organza o tul
Una goma elástica
Esteriliza el frasco de vidrio y las pinzas sumergiéndolas 20 minutos en agua hirviendo. Quita las pinzas, deja que se enfríen y con ellas retira el frasco de vidrio. Deja que se seque naturalmente mientras preparas la receta.
Corta las flores de lavanda inmediatamente luego de los capullos, desecha los tallos y llena con ellas el frasco de vidrio. Completa el frasco con el aceite de almendras o avellanas, cierra el frasco y pon la preparación a macerar en un sitio soleado o caluroso, hasta que notes que las flores comienzan a adquirir un tono dorado.
Llegado ese momento, quita la tapa del frasco, pon la tela de organza estirada sobre otro frasco esterilizado lleno de flores de lavanda, y sujeta la organza a la boca del mismo con una goma elástica. Empuja la tela hacia abajo con el fin de hacer un espacio para que se depositen las flores, y vuelca de a poco todo el contenido del aceite macerado. Tapa el frasco y vuelve a macerar las flores, repitiendo el procedimiento anterior.
Repite el método de maceración de las flores de lavanda en el aceite 3, 4 o 5 veces, hasta que desprenda un aroma potente a lavanda.
Llegado ese momento, ya puedes utilizar este aceite casero para la piel sensible como tratamiento de belleza, para perfumar los ambientes, agregar a las recetas de cremas caseras o al baño de inmersión.