El colágeno no es otra cosa que una proteína natural, que está presente en nuestro cuerpo en forma abundante. Pero resulta que a medida que van pasando los años, las células productoras tienen una actividad menor, por lo que es posible que a partir de los 40 años tengamos un déficit de colágeno.
Esta proteína nos protege de la aparición de arrugas y es responsable de la buena salud de la piel, las uñas, el cabello y los labios.
Actualmente se encuentran en boga los tratamientos estéticos que consisten en inyectar colágeno en el rostro, pero no están recomendados porque son riesgosos, además de que muchas veces no se logran los resultados esperados.
Sin embargo, puedes incorporar el colágeno sin someterte a ninguna cirugía ni tratamiento invasivo. El shampoo y el acondicionador también deberán contener esta sustancia, ya que ayudará a darle más fuerza y brillo. También elige esmaltes con colágeno, lo que asegurará que tus uñas crezcan más fuertes y sanas.
En un gabinete estético puedes realizarte un tratamiento con velo de colágeno, que consiste en colocar sobre tu rostro una máscara hecha a base de fibras de esta proteína, dejarla actuar por 30 minutos, y luego aplicar una ampolla de colágeno sobre tu piel, de modo que el rostro reciba un gran baño. Este tratamiento puede hacerse una vez al mes y es apto para todos los tipos de piel.
También es recomendable que te alimentes en forma equilibrada y que consumas siempre una porción de proteínas por las mañanas.