Las fresas no sólo son una de las frutas más ricas que existen y pueden usarse en muchas recetas de postres, sino que además, son excelentes para la belleza y la salud.
En primer lugar, hay que decir que las frutillas son una gran fuente de fibras, ya que esta fruta es una de las pocas que tienen las semillas en la parte externa. Además, son excelentes para favorecer el sistema nervioso ya que aumentan la capacidad de memoria y concentración.
Pero también son una de las frutas que más vitaminas C aportan, y esta propiedad hace que favorezca la tonicidad muscular y que prevenga el envejecimiento prematuro de la piel. Siempre se creyó que los cítricos eran las frutas que más vitaminas C aportaban, pero las fresas contienen el triple de vitamina C que las naranjas. Además, es apta para dietas de adelgazamiento porque aporta muy pocas calorías.
Las fresas también tienen una importante cantidad de sílice, lo que es muy bueno para limpiar la sangre de toxinas. También son muy buenas para reducir naturalmente los niveles de colesterol.
Las grandes propiedades de las fresas también llegan a nuestra piel, ya que estas frutas son ideales para tonificar y refrescar el cutis. Puedes realizar una mascarilla natural, pisando cinco fresas hasta que se forme un puré, te lo aplicas en el rostro y dejas actuar por diez minutos. Luego enjuagas muy bien con agua tibia. Es ideal para pieles grasas y mixtas.
Por su propiedad antibacteriana, las fresas se convierten en un remedio natural para cicatrizar los granos del rostro. Para esto, nada mejor que extraer su zumo y pasarlo por la piel con un algodón.
Además, las frutillas son una pasta dentífrica natural, ya que quitan el mal aliento y curan la gingivitis.