Los alimentos orgánicos, biológicos o ecológicos, son aquellos que se obtienen por medio del cultivo orgánico, que es un proceso completamente natural. Los alimentos que se obtienen de esta forma son sumamente saludables para el organismo, y son ecológicos, pues su siembra y cosecha no contaminan el suelo ni necesitan energía para su producción.
Los alimentos orgánicos son los que se producen en una huerta orgánica. Son productos naturales agrícolas o agroindustriales, que en su proceso productivo no se han utilizado pesticidas ni químicos de ninguna clase, y se realizan con un procedimiento de rotación de cultivos para no destruir el suelo fértil.
Luego de la cosecha, a los productos orgánicos no se les agrega ningún conservante, saborizante, resaltador del sabor ni otro producto artificial. De este modo, son alimentos 100% naturales, muy saludables para el organismo.
Además de ser saludables, tienen mejor sabor que otros que se obtienen con procesos de cultivo artificial. Son más nutritivos, pues tienen las vitaminas y minerales naturales sin agregados de ninguna clase, que pueden degradar y hacer perder los nutrientes.
Los alimentos orgánicos contienen entre un 40% y un 60% más de minerales y vitaminas que los productos convencionales, y menos agua, por este motivo brindan mejor resistencia a las enfermedades. Se conservan más y mejor, poseen un índice de nutrientes superior, y sólo brindan beneficios al hombre y al medio ambiente.
Los alimentos orgánicos no son tóxicos como otros en los cuales la cosecha se cuida y mantiene mediante el uso de pesticidas y fertilizantes. En los cultivos orgánicos, se utiliza el abono natural llamado compost o el vermicompost; estos no dejan residuos en la planta y no producen efectos secundarios en la ingesta.
Estudios recientes han demostrado que muchas enfermedades pueden ser causadas por el consumo continuado de productos alimenticios con químicos que son potencialmente tóxicos. Los investigadores han llegado a la conclusión que si bien el alimento puede estar deteriorando la salud humana, en muchos casos el daño no se atribuye al alimento, pues los síntomas de los alimentos tóxicos son también de otras enfermedades. Un alimento que contiene químicos y que en su proceso productivo han intervenido pesticidas pueden generar fatiga, debilidad, dolor abdominal, dolor de cabeza y nerviosismo.
El proceso por el cual se obtienen estos productos además, deja a la tierra estéril, por lo cual se la sigue tratando con químicos para aumentar su productividad, lo que genera un círculo vicioso que daña la salud humana y el medio ambiente del planeta.