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Versión para imprimir del artículo Mascarilla de gelatina para limpiar la piel. No incluye formatos especiales ni imágenes.
La gelatina no es un ingrediente convencional para hacer mascarillas faciales, sin embargo, es muy buena para hacer un limpiador para el cutis, pues es un eficaz removedor de las impurezas que se acumulan en los poros, aporta colágeno, tonifica, reafirma y suaviza la piel, y es una receta rápida, práctica y económica.
Antes de aplicarla, quítate el maquillaje, y si es posible, hazte una limpieza de cutis al vapor. Cuando tengas la piel sin restos de ningún cosmético o producto, aplícate esta mascarilla removedora de impurezas.
Ingredientes:
1 sobre de gelatina con sabor
1/2 taza de fruta fresca
Juguera o exprimidor de frutas
Colador
Espátula de madera
2 recipientes
Refrigerador
Una brocha ancha de cerdas suaves
Para comenzar, elige la fruta más apropiada para tu tipo de piel. Si tienes el cutis graso, puedes usar naranja, uva o tomate, y si tienes la piel seca, lo recomendable es usar manzana, frutilla o durazno.
Una vez que hayas encontrado la fruta correcta para hacer tu mascarilla de gelatina, sigue el siguiente procedimiento.
Elaboración de la mascarilla:
Haz jugo con la fruta que has elegido y cuélalo desechando la pulpa.
Pon el sobre de gelatina en una cacerola y ve agregándole el jugo de a poco hasta mezclar ambos ingredientes sin que se formen grumos. Luego, vierte la mezcla en otro recipiente, espera que se enfríe un poco y llévalo al refrigerador durante media hora, o el tiempo necesario para que se endurezca un poco sin solidificarse totalmente.
Aplicación de la mascarilla:
Quita el recipiente del refrigerador, revuélvelo un poco y aplica la mascarilla sobre el cutis y el cuello usando la brocha de cerdas suaves, dejando libres la zona de los ojos y el labio superior.
A continuación, recuéstate y relájate, y deja que la mascarilla de limpieza actúe durante 20 minutos.
Pasado ese tiempo, lávate la cara con agua tibia y un jabón neutro natural, removiendo totalmente la mascarilla de gelatina que se habrá solidificado sobre tu piel. Si se ha formado una lámina, despréndela y luego lávate la cara y el cuello.
Frótate la cara suavemente con una toalla limpia y verás los resultados que has logrado. ¡Tu piel estará muy limpia y suave!
