Suele relegarse el cuidado de los pies a los meses de verano, y es entonces cuando se desea recuperar el tiempo perdido. Para que los pies luzcan bellos y saludables, conviene atenderlos y suministrarles un tratamiento de belleza que se mantenga a lo largo del año. Una terapia excelente para comenzar es preparar en casa una loción astringente en base a Romero.
Las lociones astringentes reducen los poros, disminuyen el nivel de grasa y le dan vigor y frescura a la piel. El Romero actúa como estimulante para la formación de nuevas células, es excelente para la piel áspera y escamosa y es recomendado para todo tipo de piel.
Esta loción activa la circulación y descongestiona luego de una agotadora jornada de esfuerzo físico, limpia, humecta la piel y otorga una sensación de frescura y descanso.
Elaboración:
Tamiza el Romero hasta lograr un polvo muy fino, ralla la cáscara de un limón y la cáscara de una naranja. Pon en un cuenco de barro al fuego el agua de rosas con las hojas de menta y las cáscaras de los cítricos, y hierve esta preparación durante una hora. Deja enfriar un poco, mezcla los demás ingredientes y deja enfriar totalmente.
Envasa esta loción y colócala en la heladera para preservarla y hacer el tratamiento durante varios meses.
Tratamiento:
Coloca dos minutos los pies en un recipiente con agua caliente y sal, y luego un minuto en un recipiente con agua fría. Vuelve a sumergirlos en agua fría y agua caliente para estimular la circulación.
Luego del baño de pies, puedes pasarte piedra pómez para quitar las callosidades y aprovechar que las cutículas están blandas para hacerte una pedicura. Entonces, lleva hacia atrás con un palito las cutículas, corta y lima tus uñas y elimina las impurezas en torno a los dedos.
Extiende la loción de Romero dándote un masaje suave por todo el pie. Para ello, sujeta el pie con ambas manos y haz movimientos circulares con los pulgares, pasa tus manos por tus dedos uno a uno haciendo que se muevan hacia adelante y hacia atrás, y dale un masaje al talón en dirección ascendente. Hazlo suavemente y con calma, intentando relajar tus pies y todo tu cuerpo. Al terminar, coloca tus pies en una superficie blanda y descansa.
Repite este tratamiento una vez cada semana o cada 10 días, y verás que de esta forma tus pies estarán siempre impecables; podrás lucir unas lindas sandalias y caminar por la playa sin preocuparte por su apariencia. Recuerda también que el contacto con la arena es otro excelente tratamiento para tus pies.