Las esponjas son un elemento esencial a la hora del baño diario, sin embargo, la elección no debe ser al azar, ya que existe una esponja para cada tipo de piel. Escogiéndola correctamente, te verás muy beneficiada porque se potencian los efectos sobre tu cuerpo.
Las esponjas nos dan placer en la piel y nos protegen, por eso es importante saber para que sirve cada una. Las esponjas clásicas son las que usaremos a diario porque son suaves y pueden utilizarse en todo el cuerpo, incluso en zonas delicadas como el rostro, los senos o el cuello.
Pero además, es aconsejable que tengas algunas esponjas más en tu baño. Por ejemplo, una esponja para realizar peelings naturales y exfoliaciones. Estos productos tienen la particularidad de tener una textura un poco dura justamente para remover las células muertas de la piel, con ayuda de tu jabón líquido habitual o un gel exfoliante. Para este fin, también puedes utilizar las esponjas vegetales o las manoplas que tienen la particularidad de poder colocar la mano en el interior y así poder masajear tu piel en forma muy cómoda. Esta clase de esponjas son muy útiles para los tratamientos anti celulitis, aplícate una vez a la semana una crema a base de centella asiática haciéndote masajes en forma circular.
También existen esponjas llamadas de relax o de masajes, ya que cuentan con una forma irregular y una textura muy suave que hace que tu ducha diaria sea un verdadero placer. Ideal para cuando estamos estresadas y para activar la circulación. Algunas esponjas vienen con dos lados con funciones diferentes: por ejemplo, exfoliante de un lado y relax del otro.
Otra opción son las esponjas de forma circular y que vienen de un material súper suave. Tienen la particularidad de absober mucho gel o jabón. Ideal para las mujeres a las que les gusta llenar su cuerpo con espuma. Si te gustan las formas circulares también puedes adquirir la flor de baño, que está hecha con una tela exfoliante y también forman mucha espuma, aunque debes evitar usarla sobre el rostro.