Desde épocas ancestrales, los hombres y mujeres se interesaron por los aromas, y las plantas fueron las inspiradoras de los perfumes y de los olores agradables. Con el tiempo, los perfumes se volvieron un producto requerido por todo el mundo y se transformaron en un símbolo de status.
No existe mujer a la que no le gusten los perfumes, sin embargo, no todas las fragancias nos quedan bien a todos.
Los perfumes, además de despertar la sensualidad, producen sensaciones e influyen en el estado de ánimo.
Existen muchas clases diferentes de fragancias, en las que varían la concentración y la utilización.
Por ejemplo, el Eau de toilette es el que menos concentración de fragancias tiene, es ligero, fresco e ideal para utilizar luego de ducharnos. Durante el verano es conveniente utilizarlo en forma de spray y su aroma desaparece al poco rato.
También tenemos el Eau de perfume, que es más intenso que el Eau de toilette pero más suave que el perfume.
Los perfumes están compuestos por notas de salida que son las que se sienten cuando recién ponemos el perfume sobre la piel. Luego, aparecen las notas de corazón, que son las que permanecen durante varias horas. Por eso, cuando elijas un perfume, debes olerlo luego de varios minutos antes de decidirte, porque esa es la fragancia que perdurará. Un buen perfume debe permanecer en la piel al menos durante cuatro horas.
Una buena opción cuando no quieres gastar demasiado dinero en perfumes importados, es utilizar aceites perfumados o agregar unas gotas de aceite esencial en tu eau de toilette, así permanecerá más tiempo la fragancia sobre tu piel.
Los mejores lugares del cuerpo donde aplicarse el perfume son en el cuello, detrás de las orejas y en los brazos y muñecas. De esta manera, la fragancia se sentirá a un metro de distancia.