Cuando somos jóvenes pensamos que nuestra piel siempre se verá linda, tersa, suave y reluciente, pero lamentablemente, el paso del tiempo deja huellas en nuestro cuerpo, por eso no debemos olvidar que el cuidado de la piel debe comenzar en la adolescencia, para poder retrasar y prevenir los procesos de envejecimiento.
A los 30 años es frecuente que algunas mujeres noten cambios en su piel, puede ocurrir que ésta se reseque, se descame o incluso que aparezcan las primeras marcas de expresión. Hay que tener en cuenta que en el aspecto de la piel no influye únicamente el cuidado diario y la higiene, también el estrés y los cambios hormonales afectan su textura y aspecto.
También es frecuente la aparición de pecas, de celulitis y de varices, por lo que no hay que descuidarse, hacer ejercicio a diario y beber mucho líquido.
La aparición de pecas en el escote puede suceder durante el embarazo como consecuencia de problemas de pigmentación, o como resultado de haberse expuesto al sol durante años en horarios inadecuados o con poca protección solar, lo mismo sucede con las arrugas.
Además, muchas mujeres de 30 llevan ya muchos años consumiendo pastillas anticonceptivas, y eso puede provocar la aparición de acné y otras molestias, por lo que algunos médicos aconsejan tomar un descanso de los anticonceptivos.
También puede ocurrir que aparezcan manchas más oscuras en la piel, provocando un tono desparejo en el cutis. Para evitar esto debes usar todos los días por la mañana una crema hidratante con filtro solar.
Recuerda que a partir de los 25 años necesitamos usar cremas reafirmantes en todo el cuerpo, no alcanza con que sean sólo hidratantes. Fíjate que contengan productos como la elastina o el colágeno.