El baño diario no sirve únicamente para higienizarnos, sino también para relajar e hidratar nuestro cuerpo. Es un excelente momento para ocuparnos de la belleza y del bienestar.
Existen muchas clases de duchas y baños. La clásica ducha es ideal para cuando estamos apuradas, pero existen otros métodos muy saludables como las duchas escocesas, que proveen chorros de agua fría y caliente desde los costados.
Estos baños son excelentes para activar la circulación y dejar la piel como nueva en sólo diez minutos. Los choques de temperatura actúan sobre las fibras musculares, tonificando todo tu cuerpo y previniendo la celulitis. Actualmente, en todos los spa puedes tomar una ducha escocesa. También puedes acudir a un centro de hidroterapia donde te brindarán muchos tratamientos relajantes hechos a base del elemento natural más noble que existe: el agua.
Las duchas escocesas también pueden instalarse en cualquier hogar, son un poco costosas pero un verdadero placer del que puedes disfrutar todos los días.
Además, son indicadas para el tratamiento de dolores musculares y lumbares. El efecto también se logra dándose un baño de inmersión en una bañera con hidromasaje.
Es aconsejable la utilización de un gel exfoliante a base de hierbas para potenciar aún más el efecto de una ducha escocesa. Ideal para relajarse y estar siempre bellas.
Si en tu baño tienes duchador, procura que tenga buena presión de agua. De esta forma, puedes aplicar chorros sobre las diferentes zonas de tu cuerpo, activando la circulación de todo el organismo. Si tienes algún dolor muscular, elige chorros de agua caliente, y reserva el agua fría para las zonas de las piernas. De esta manera activas la circulación, eliminas la hinchazón y previene las estrías.