La piel del rostro es la que más cuidados necesita, y por eso tenemos que dedicarle tiempo extra para mantenerlo limpio, suave e hidratado.
Una mascarilla casera una vez a la semana puede hacer la diferencia entre un rostro radiante y uno deslucido, por eso hoy hablaremos de algunos tratamientos naturales muy sencillos y efectivos.
Las frutas de estación son una excelente forma de ver nuestro rostro siempre suave, sólo debemos aprender cuáles son las más indicadas para nuestro tipo de piel.
Las frutas aportan muchos nutrientes, por eso son tan útiles para la piel. Por ejemplo, la manzana rallada es excelente para utilizar como astringente natural. Es recomendable para pieles grasas y con tendencia al acné. También puedes mezclar la pulpa de la manzana con dos cucharadas de yogur natural, así combinarás el efecto astringente con el suavizante. Además, esta fruta aporta una buena cantidad de nutrientes y brinda luminosidad a la piel
La banana pisada también se convierte en una mascarilla apta para pieles normales. Es un gran emoliente natural.
Las frutillas pisadas son excelentes para combatir el envejecimiento prematuro, ya que aportan una buena cantidad de antioxidantes. Además, tienen un efecto ligeramente astringente, equilibrando el ph de la piel. Un efecto similar también puede lograrse con una mascarilla hecha a base miel y zumo de limón.
Si eres de las que son capaces de quedarse quietas mientras aguardas que la mascarilla haga su efecto, te recomendamos que coloques sobre tus ojos unas rodajas de pepino o kiwi, que tienen el poder de desinflamar los párpados y nutrir la delicada piel del contorno de los ojos.
Si tienes la piel muy seca, te beneficiarás con una mascarilla hecha con papayas o paltas, que dejarán tu rostro muy suave e hidratado.