Dentro de las consultas dermatológicas, una de las más frecuentes es la de las mujeres que tienen la piel del rostro con zonas más rosadas que otras y no logran un color uniforme. Este es un problema habitual y se llama rosácea.
Muchas mujeres sienten que su piel se enrojece mucho cuando se encuentra en ambientes muy calefaccionados o con los cambios de temperatura. Las zonas más afectadas suelen ser la nariz, los pómulos y la frente, y es mucho más frecuente en personas de piel muy clara.
Lo importante de la rosácea es que si bien no tiene cura, sí puede tratarse con un plan dirigido por un dermatólogo, y también pueden ayudarte mucho algunos productos naturales.
El sol no es un aliado de la rosácea, por lo que si sufres de esta afección no te aconsejamos que te expongas demasiado, y si lo haces, utilices un protector alto. También evita las comidas muy condimentadas y trata de no utilizar la calefacción de tu hogar al máximo. El consumo de alcohol también puede empeorar los síntomas.
A la hora de lavar tu rostro, siempre utiliza agua tibia y no muy caliente. Es recomendable usar un tónico de agua de rosas y una crema hidratante con protector solar.
Hay que tener en cuenta que la rosácea es sólo un problema estético, no produce ningún tipo de perjuicio para la salud, por lo que no debes preocuparte en exceso, sólo escoge los productos que te hagan lucir más linda.
Si tienes rosácea, utiliza siempre una base de maquillaje fluida, que hará que el tono de tu piel se vea un poco más uniforme. También puedes utilizar un tónico de manzanilla, que es una hierba muy descongestiva y hará que tu rostro luzca mejor.