Para aprender a hacer jabón, es recomendable que comiences con una receta sencilla, y una vez que hayas aprendido, pasar a elaborar jabones que constituyan un tratamiento de belleza para tu tipo de piel.
El jabón, antiguamente, se hacía de forma casera y no insumía demasiado tiempo ni esfuerzo, por lo que existen muchas recetas para elaborarlo. Un jabón básico se realiza con tres componentes, que son el ácido graso, la base y el limpiador, y además, puedes agregarle aroma con unas gotas de tu aceite esencial favorito.
4 tazas de aceite de oliva
1 taza de agua destilada
108 cc. de lejía
Un recipiente de vidrio resistente al calor
Una cacerola de acero inoxidable
Un termómetro de cocina
Una batidora manual
Moldes para jabón
Una espátula
Una manta
Vierte el agua destilada en el recipiente de vidrio, agrega la lejía y revuelve hasta homogeneizar ambos componentes. En este momento debes tener mucho cuidado, porque esta mezcla hará una reacción química, el líquido se pondrá muy caliente, y emanará gases perjudiciales: ten la precaución de hacer este paso en un lugar ventilado y lejos de los niños.
A continuación, calienta el aceite de oliva en la cacerola, y cuando haya alcanzado algo de temperatura (unos 100º F o 40º C) vierte la solución anterior, mientras revuelves con la espátula, con mucho cuidado de no quemarte.
Continúa revolviendo la solución durante unos minutos, introduce la batidora manual en el recipiente, y bate la mezcla durante 20 segundos, hasta que alcance una consistencia un poco más cremosa y un color más opaco.
Vierte el líquido en moldes forrados en nylon o en una asadera, tápalos con la manta y déjalos estacionar hasta que se endurezcan.
Una vez que el jabón esté listo, quítalo de los moldes o córtalo en trozos, envuélvelo en papel y déjalo reposar en un lugar bien ventilado unas 3 o 4 semanas antes de usar.