La henna es un producto natural que cubre las canas, no daña el cabello y lo que es aún mejor, lo restaura, lo deja brillante, sedoso y liso. Este procedimiento de teñido se puede hacer de forma casera, pues es muy sencillo de aplicar y pueden encontrarse en el mercado diferentes tipos de henna, desde productos muy económicos hasta avanzados tratamientos que tiñen el cabello con diferentes tonalidades.
Las instrucciones para cubrir las canas con henna varían de acuerdo al tipo que se utilice, pero hay un procedimiento básico de empleo que se debe seguir para obtener buenos resultados. Asimismo, el efecto que se puede lograr varía de acuerdo con la constitución de cada tipo de cabello. Hay personas a las que la henna no les reporta grandes beneficios y deben probar con diferentes productos de este tipo hasta conseguir uno que “prenda” en su cabello y cubra sus canas.
Comienza cubriéndote las manos con guantes de goma, pues la henna mancha la piel como cualquier otro producto de teñido. Toma un bol o recipiente, pon el polvo de henna y mézclalo con agua tibia, té (colores castaños), vino tinto (colores rojizos) o incluso miel, si el envase del producto lo recomienda. Mezcla bien la pasta hasta lograr una pasta homogénea que no contenga grumos.
Una vez que tengas la mezcla de henna lista aplícala sobre el cabello utilizando un pincel de teñido. Toma el cabello mechón a mechón y esparce bien el producto desde la raíz del pelo hasta la mitad del largo. Terminado el proceso, toma lo que queda de la henna con las manos enguantadas y moja el resto del cabello hasta empaparlo totalmente.
Cúbrete la cabeza con una gorra de baño y deja que el producto actúe el tiempo necesario (dependiendo de la intensidad de color que quieras lograr) y luego enjuaga con agua tibia. Deja que el cabello se seque completamente para observar los resultados.
Recuerda que el color se irá desvaneciendo luego de 4 o 5 lavados, por ello deberás volver a hacer el procedimiento una vez a la semana o aproximadamente cada 10 días.