Características y tratamientos para los lunares
Los lunares están presentes en la mayoría de las personas. Sin embargo, las
pieles más claras tienen mayor cantidad de lunares. No todas estas manchas son iguales, y es necesario conocer el origen y las posibles consecuencias.
Muchas mujeres aman sus lunares porque los consideran sensuales, mientras que otras tratan de esconderlos. Se calcula que todas las personas tenemos entre diez y cuarenta lunares en todo el cuerpo, aunque no todos son iguales, ya que difieren en color, forma, textura y tamaño.
Los lunares son zonas de la piel con más pigmentación, y por regla general no causan ningún tipo de daño. Sin embargo, algunos lunares merecen un capítulo aparte.
Cuando debemos prestar atención a los lunares
En algunas ocasiones, los lunares pueden ser un síntoma de que algo no está bien en nuestro organismo, por eso hay que tomar precauciones. Debes consultar al médico siempre que notes que un lunar cambie de color, se vuelva más oscuro, verdoso o con bordes rojos. Además, también debes estar
atenta si aparece un nuevo lunar o si alguno te pica, arde o te sangra.
Por lo general, los lunares que tienen una forma regular no revisten peligro, pero si hay que observar aquellos que tienen forma irregular o que crecen. Es importante saber que hay algunos que tienen pelo, nunca debes depilarlo porque podrías dañarte mucho. Consulta con tu dermatólogo sobre
la mejor manera de tratar tu lunar.
¿Se puede eliminar un lunar?
Hay mujeres, que aún sabiendo que su lunar es benigno y no originará complicaciones de salud, lo consideran antiestético por el lugar donde se encuentra. Actualmente es posible
eliminar los lunares a través de tratamientos con láser que no son dolorosos, pero deben ser realizados bajo estricto control médico y nunca realizado por un esteticista. Hay que tener en cuenta que puede quedar una pequeña cicatriz. Si el lunar es pequeño y está en el rostro, puedes optar por cubrirlo con maquillaje.
Si tienes algún lunar que te preocupa, siempre consulta a tu médico, porque en el caso de que sea maligno, puede extirparse y se soluciona el problema. Lo importante es detectarlo a tiempo y realizar visitas periódicas al dermatólogo, ya que en algunos casos está contraindicado exponerse al sol. Si en tu familia hay antecedentes de lunares malignos, es conveniente que te realices un autoexamen una vez al mes, mirando todo tu cuerpo con un espejo para ver que no aparezcan nuevos lunares o que alguno cambie de forma o color.