Las várices acechan a miles de mujeres en el mundo. Lamentablemente, el factor genético y hereditario es muy importante a la hora de su aparición, por lo que es bastante difícil prevenirlas. Sin embargo, podemos luchar contra ellas sin necesidad de realizarnos una cirugía estética.
Las várices no sólo nos hacen lucir mal y afean nuestras piernas, sino que pueden provocarnos trastornos de salud como ulceraciones o trombos, además de dolor y cansancio.
Como primera medida, debes dormir con las piernas levemente elevadas, para eso puedes colocar un almohadón bajo tus pies. Camina y haz actividad física a diario, además de beber mucha agua para favorecer la buena circulación. Pero también es esencial la buena alimentación, ya que diversos estudios demostraron que una dieta baja en fibras era muy perjudicial para las personas con várices. Por eso, debes aumentar el consumo de cítricos, frutas, verduras y cereales.
Bajar de peso si estás un poco excedida también es una buena medida para mejorar el aspecto de tus várices, ya que el peso aumenta la presión sobre las venas.
Además, existe una buena cantidad de hierbas medicinales que pueden ayudarnos a reducir las várices de manera natural. En este sentido, son recomendables las infusiones hechas a base de espino blanco, que es un vasodilatador natural muy útil. También puedes probar con Gingko biloba, esta planta milagrosa es una gran estimulante de la circulación y mantiene las arterias en buen estado de salud.
La centella asiática también puede ayudarnos. Si bien esta hierba es muy utilizada para el tratamiento natural de la celulitis, las várices también se ven favorecidas por su acción, ya que fortalece los tejidos de las venas e impide que se desgarren.
Se recomienda beber estas hierbas junto a una infusión de té verde para potenciar el efecto.