A todas nos gusta estar bronceados y lucir un lindo tono de piel que hace que toda nuestra vestimenta se realce. Sin embargo, en los meses fríos se complica bastante estar bronceadas, aunque actualmente existen muchas formas de tener un buen color durante todo el año.
Las camas solares son tratamientos de belleza que se han extendido en todo el mundo y permiten estar bronceadas sin necesidad de exponerse al sol. Sin embargo, esta técnica tiene tantos beneficios como peligros.
La terapia con rayos UV que se utiliza en las camas solares es muy útil para las pieles con acné, ya que las mejora notablemente. Además, también se ha comprobado que los huesos y las articulaciones se benefician con el calor irradiado, sin contar que la pigmentación de la piel se empareja y tu rostro lucirá mucho mejor.
Pero cuidado, porque las camas solares también pueden dañarnos. Hay personas (especialmente aquellas que tienen piel sensible o muy blanca) que pueden desarrollar una alergia dermatológica luego de la exposición a rayos UV artificiales. Los síntomas pueden ser hinchazón, picazón y urticaria. Además, es muy importante que las radiaciones sean controladas por profesionales, para no superar la cantidad saludable. Por este motivo, debes acudir a un centro de camas solares debidamente habilitado y que sea de tu confianza.
Otro tema muy importante es cuidar los ojos cuando estamos en la cama solar. Es imprescindible que estén cubiertos, ya que las radiaciones pueden causar serios problemas de salud ocular; nunca te quites la protección. Recuerda quitarte las joyas o bijouterie, porque además de broncearte con marcas pueden provocarte una reacción alérgica. Luego de cada sesión, aplica siempre una crema extra humectante y bebe agua.
Recuerda que no debes tomar más de 30 sesiones de cama solar por año, ya que se dañarán tus células, además de que es posible que aparezcan arrugas.
Actualmente, existen otros métodos de bronceado artificial como los autobronceantes en crema o spray, así que hoy es posible estar bronceadas todo el año.