Hay una manera ecológica de cuidar tu piel y es elaborando tus propias mascarillas faciales. Puedes lograr un cutis sano y brillante eludiendo los químicos que contienen algunos cosméticos, y además, no estarás incrementando la demanda de productos en envases que, en la gran mayoría de los casos, no son biodegradables.
Para una rutina de belleza ecológica tampoco tienes que gastar dinero, porque puedes elaborar las mascarillas con elementos naturales y algunas frutas que seguramente tienes en este momento en el refrigerador.
Mascarilla de pepino para reafirmar la piel. Todas hemos visto en revistas y en televisión la imagen de una mujer con rodajas de pepino en los ojos. No se trata de un ardid publicitario, sino que la receta tiene su fundamento científico. El jugo de pepino tensa la piel, pues contiene azufre natural y vitaminas que ayudan a cerrar los poros, brindando una apariencia de tersura y firmeza.
Puedes aplicar el pepino en rodajas directamente, o hacer un jugo de pepino para utilizar en el rostro y cuello.
Mascarilla de bicarbonato para la piel irritada. Una mezcla de Bicarbonato de sodio con agua del mar suaviza la piel dejándola resplandeciente. El bicarbonato estimula la circulación, ayudando a calmar la comezón, refrescando la piel y aliviando la zona irritada.
Para estos efectos, es también muy recomendable echar unas tabletas del producto al baño de inmersión.
Mascarilla de zanahorias para refrescar la piel. El jugo de zanahoria se puede utilizar después de una prolongada exposición al sol. La zanahoria es un refrescante natural y calma el ardor ayudando a la piel a recuperarse naturalmente.
Para hacer mascarillas faciales, se debe probar combinando los diferentes elementos naturales, hasta dar con la consistencia justa que permita la aplicación, el secado y el posterior desprendimiento en una sola capa, si se quiere lograr el removido de impurezas, además del efecto hidratante o suavizante.
Quienes hayan utilizado las mascarillas que se ofrecen en el mercado, será sencillo identificar el punto justo, y para quienes no tengan la suficiente experiencia, deberán experimentar agregando más cantidad de uno u otro elemento. Las proporciones varían en cada caso, dependiendo del grado de maduración de la fruta y de la consistencia del producto (por ejemplo la miel, que puede ser más líquida o más espesa).
Puedes combinar frutillas y crema con miel, manzana, miel y avena, pepino, yogur y miel o banana, yogur y miel.
En todos los casos, los resultados son muy buenos y tendrás la certeza de estar haciendo un tratamiento de belleza natural y ecológico.