Es fundamental limpiar las brochas de maquillaje y los pinceles si nos maquillamos con regularidad, y aún lo es más si compartimos con amigas los cosméticos, que es lo que solemos hacer todas las mujeres.
Si las brochas y pinceles de maquillaje son compartidas se deben limpiar asiduamente. Por lo general, las brochas usadas por una sola persona, si se utilizan correctamente (para el tipo de maquillaje apropiado a cada brocha) suelen durar mucho tiempo, siempre y cuando se limpien inmediatamente luego de usarlas. Los pinceles que vienen dentro del contendedor de maquillaje, como en el caso del delineador y el rímel, no necesitan limpiarse.
Si compartimos los cosméticos, lo mejor que podemos hacer es desinfectarlos. Una buena forma de desinfectar los cepillos y las brochas es utilizar vinagre blanco. Diluye una parte de vinagre con dos partes de agua y sumerge allí los pinceles durante unas horas. Luego, retíralos, cepíllalos entre sí, lávalos con agua caliente y déjalos que se sequen.
Las bonitas y suaves brochas de maquillaje para polvo son ideales para finalizar un maquillaje perfecto, sin embargo, si no están muy limpias pueden arruinarte el maquillaje. Por eso, nunca uses las brochas para difuminarte la sombra o para aplicar algún color, usa para ello los pinceles de almohadillas o las brochas pequeñas que vienen en los set de sombras.
Si de todos modos notas que tu brocha no está limpia, puedes utilizar un shampoo suave, como uno para bebés. Con este producto puedes limpiar las brochas de polvo, las brochas de sombra y los pinceles labiales.
Comienza quitando el exceso de maquillaje que pueda tener la brocha o el pincel, y luego lávalo con una solución jabonosa tibia con shampoo de bebés. Frota el cepillo con suavidad, enjuágalo y vuélvelo a enjabonar hasta que notes que el agua sale totalmente limpia. Luego, déjalo que se seque de forma natural colocándolo boca arriba en un vaso o recipiente.
No seques las brochas de maquillaje con un secador para el cabello o de otra forma, pues la brocha se deformará. Para las brochas de polvo, que son gruesas y tienen mucho pelo, lo mejor es esperar hasta que casi estén secas y atarles un pañuelo o una cinta muy suavemente y de forma prolija (sujetando todo el pelo de forma pareja) para que la brocha vuelva a su forma original.