Las compresas y cataplasmas pueden ser muy efectivas para aliviar dolores, curar afecciones de la piel como el acné, celulitis y estrías, tonificar y alisar las arrugas, y también para eliminar la grasa corporal. Todos estos beneficios se obtienen con diversos preparados líquidos o sólidos que se elaboran en base a hierbas y a productos naturales aplicados con vendas frías y tibias sobre la piel.
Las compresas son un tratamiento de belleza sencillo y natural. Para hacerla, simplemente prepara una infusión de las hierbas o una receta con productos naturales, y colócala sobre la piel entre vendas, durante media hora o una hora, mientras descansas y te relajas.
La mayoría de las compresas se aplican frías, pero en algunos casos la infusión se debe mantener tibia. No puedes usarlas en caso de tener fiebre, y es recomendable interrumpir el tratamiento si sientes frío o si la parte del cuerpo donde te colocas la compresa o cataplasma se enfría demasiado.
La compresa consta de varias partes. Una primera capa que deberá estar hecha de lienzo, lino o algodón, que es la que se coloca sobre la piel y no deja que los ingredientes entren en contacto directo con ella, como por ejemplo, en el caso de cataplasmas cremosas o de ingredientes sólidos; una segunda capa que se coloca sobre los ingredientes de la cataplasma, en el caso de ser una receta sólida, y una tercera capa de lana que cubre toda la zona.
Para hacer una compresa líquida, remoja la primera capa en la infusión, escúrrela, aplícala sobre la piel y cúbrela con otra venda. En el caso de ser una cataplasma sólida, pon la primera capa de tela sobre la piel, esparce sobre ella los ingredientes de la receta ya elaborada, cúbrela con la segunda capa de tela y tápala con la manta de lana.
Otra forma es aplicar una venda grande, verter los ingredientes y plegar la venda cubriendo el preparado.
Coloca las vendas lo más tirante que sea posible y mantén el recubrimento de lana encima de las vendas para evitar irritaciones en la piel. Puedes sujetar la venda con cinta adhesiva, un vendaje de gasa o ganchos para vendas. Por último, abrígate bien con ropa abrigada y mantas para mantener el calor corporal.
Las compresas frías aumentan el flujo sanguíneo, mejoran la circulación, promueven la eliminación de toxinas y tienen un efecto calmante. El objetivo es calentar la zona del cuerpo, pues pasados unos minutos las vendas frías se calientan con la temperatura corporal y se sienten tibias. Luego de aplicada, déjala actuar desde media hora a una hora.
Si sufres del frío o buscas un efecto que no puedes lograr con las vendas frías, puedes utilizar vendas tibias. La temperatura de la infusión o del líquido que emplees en la compresa debe estar comprendido entre 40 y 45 grados Celsius, y debes dejarla que actúe entre 45 minutos y una hora.
Para hacer el tratamiento con compresas debes crear un ambiente que promueva la relajación. La habitación debe estar cálida y bien ventilada con un sitio confortable donde recostarte a descansar, mientras esperas que pase el tiempo recomendado para el tipo de compresa que utilizarás.