Un jabón de algas marinas es un producto natural fabuloso, especialmente si lo que se busca es alejar la celulitis y mantener la piel linda y suave.
Este jabón se prepara con algas marinas arame, que puedes recolectar del mar y dejarlas secar en una rejilla a la sombra; de esta forma obtendrás algas deshidratadas para hacer el polvo que requiere la receta de jabón. De lo contrario, puedes adquirirlas pulverizadas en una tienda de productos naturales.
Además de este elemento, el jabón natural se elabora con aceites finos que cuidan y protegen la piel, cera de abejas, que suaviza y protege, y aceite esencial de salvia, que es un buen astringente y antiséptico.
Ingredientes:
3/4 tazas de polvo de algas arame
225 ml. de aceite de oliva extra virgen
200 ml. de agua mineral
40 ml. de aceite de aguacate
55 grs. de aceite de palma
55 grs. de aceite de coco
30 grs. de cera de abejas
55 grs. de hidróxido sódico
2 ctas. de aceite esencial de petit grain
2 ctas. de aceite esencial de toronja
1 cta. de aceite esencial de naranja dulce
1 cta. de aceite esencial de salvia
Elementos necesarios:
Dos cacerolas
Dos termómetros
Ropa de seguridad (gafas, delantal y guantes)
Moldes
Espátula de madera
En una cacerola a baño María, vierte los aceites finos y las grasas, y revuélvelos con una cuchara de madera (deja los aceites esenciales para colocar en último término).
Pon el agua mineral en otro recipiente, agrégale muy lentamente el hidróxido hasta que se disuelva, y pon dentro del recipiente un termómetro. Toma la temperatura de los dos recipientes hasta que se igualen en 55 grados Celsius. En ese momento, vierte el agua dentro del aceite y remueve durante bastante tiempo hasta lograr una mezcla homogénea.
Agrega a la receta las algas y los aceites esenciales mientras continúas revolviendo. Y luego vierte la mezcla en moldes individuales, o en uno grande que deberás cortar con un cuchillo antes de que el jabón se endurezca totalmente. Para ello, déjalo cubierto con cartón durante 24 horas y luego desmóldalo y déjalo en un sitio seco y cálido durante 4 semanas.
Pasado ese tiempo, puedes envolver los jabones en papel fino, colocarlos en cajas individuales o guardarlos dentro de los armarios, para que perfumen la ropa mientras no los utilices. También es una buena idea comprar pequeñas cajas de madera donde guardar los jabones con una mezcla de popurrí.