Un perfume natural hecho con flores silvestres es una deliciosa manera de hacer una fragancia personal y ecológica. Para ello sólo necesitas un ramo de flores frescas recolectadas por ti mismo, para asegurarte de que en su cultivo no se hayan utilizado pesticidas u otros químicos. Así tendrás un delicioso perfume 100% natural, de las flores que has sembrado o de las que has recolectado del campo.
Flores perfectas para hacer un perfume natural son las variedades aromáticas de jazmín (officinale), azucena (variedad de Lilium regale y Lilium candidum), madreselva, glicina, hamamelis, lila, magnolia, gardenia, lavanda, alhelí, dama de la noche, violeta o rosa, en sus variedades aromáticas.
Si lo deseas, también puedes hacer un perfume de hierbas aromáticas frescas u otras plantas o árboles con aroma agradable, como el Pino o el Eucaliptus.
Ingredientes:
Flores frescas
Agua destilada
Una cacerola
Un colador
Una cuchara de madera
Una gasa
Un paño limpio o un papel secante
Un frasco de vidrio de tapa hermética o envase con atomizador
Después de recolectar un ramo grande de flores, deshójalas y junta los pétalos hasta obtener aproximadamente 2 tazas. Coloca en un colador, rejilla o malla, y luego ponlos bajo el grifo de agua y lávalos bien, sin utilizar jabón ni ningún otro producto. Luego, espárcelos sobre un paño seco y limpio, o un papel absorbente, y déjalos a la sombra hasta que hayan desprendido la humedad.
Vierte dentro de una cacerola de aluminio aproximadamente medio litro de agua destilada, coloca allí los pétalos y calienta la preparación a fuego bajo. Revuelve cada tanto con la cuchara de madera, y cuando el agua se haya reducido a la mitad, apaga el fuego y deja enfriar el perfume cubierto con un paño. Una vez que esté frío, cuélalo con una gasa y envásalo en un frasco de vidrio con tapa hermética, para usarlo como un perfume, o en un frasco con atomizador para utilizarlo como un perfumador ambiental.