Las sales son un excelente complemento a la hora de darnos un baño relajante. Lo interesante es que las sales de baño son muy sencillas de realizar y puedes hacerlas tu misma en tu hogar.
Para hacer tu propia sal de baño necesitarás sal gruesa de cocina o sal marina (que la compras en las tiendas especializadas en cosmética artesanal), colorantes y aromatizantes para jabones. También debes tener frascos para envasarlas, aunque también puedes hacerlo en bolsas plásticas transparentes.
El procedimiento es el siguiente: añade unas pequeñas gotas de colorante a la sal y mezcla con una cuchara de acero inoxidable. Recuerda que no debes agregar mucho colorante, es preferible poner poco porque al mezclar la sal, el color emerge más fuerte de lo que parece. Lo ideal es utilizar tonalidades pasteles y así evitar humedecer de más las sales. Sobre el final, le agregaremos las esencias aromatizantes, y dejaremos reposar por veinticuatro horas para que color y aroma se estabilicen, y para que se absorba la humedad. Luego, puedes envasarlas o utilizarlas.
Un buen consejo a la hora de hacer sales de baño naturales, es reemplazar las esencias aromáticas por aceites esenciales de la variedad que elijas; sólo deberás invertir un poco más de dinero.
Un baño de inmersión con sales activa la circulación y relaja la musculatura de todo el cuerpo. Además, nos beneficiamos con el aroma, y si utilizamos aceites esenciales, también aprovechamos sus propiedades en la piel y en la mente.
Hay que tener en cuenta que el uso de sales de baño está contraindicado para personas que sufren de hipertensión arterial. Además del uso terapéutico, las sales de baño son muy decorativas para el cuarto de baño. Quedan muy lindas si las envasas en una botella de vidrio poniendo una capa de sales de un color, luego de otro, y así sucesivamente. Recuerda que un buen ambiente también predispone al relax.