Un baño de inmersión es sumamente reconfortante, y si a éste le agregamos sales y esencias aromáticas, resulta una experiencia relajante y placentera. En el agua puedes incluir, además, productos cosméticos naturales, para que al salir del baño tu piel luzca radiante y perfumada o para hacer un tratamiento de belleza específico.
Para elaborar una sal de baño casera, el ingrediente que siempre necesitarás es sal de epsom. La sal de epsom la puedes adquirir en droguerías y es un sólido cristalino de color blanco, que no es más que sulfato de magnesio, también llamado "sal inglesa".
Este componente en el baño de inmersión hace que sientas que tu cuerpo flota, efecto que produce una sensación relajante muy placentera.
Ingredientes:
2 tazas de sal de epsom (cristales pequeños)
¾ tazas de leche en polvo
½ taza de bórax
1-½ cda. de aceite esencial de tu fragancia favorita
1 o 2 gotas de colorante para alimentos (opcional)
Elaboración:
Mezcla los ingredientes secos más el colorante, si decides utilizarlo, en un recipiente que no sea de metal, y mezcla muy bien con una cuchara de madera. A continuación, vierte gota a gota el aceite esencial, mientras continúas revolviendo hasta homogeneizar completamente la mezcla.
Para usar en un baño de inmersión y que se disuelvan las sales, el agua debe estar caliente y debes agregar ½ taza de sales, aproximadamente, mientras se llena la tina.
Ingredientes:
4 tazas de sal de epsom
½ taza de sal marina
1 taza de bicarbonato de sodio
2 cucharadas de hierbas secas molidas
Elaboración:
Sigue el mismo procedimiento que la receta anterior.
Para envasarlo, primero esteriliza un frasco de vidrio de tapa hermética, espera que se seque totalmente y vierte en él las sales. Debes agitar bien el envase antes de usarlo.
Al final de un agotador día de trabajo, un baño de sales tiene efecto sedante y reparador.
Y si puedes hacer tu propia sal de baño, con tu fragancia preferida y atendiendo al cuidado de tu piel, resultará el tratamiento de belleza perfecto.