En los meses de verano, usar gafas de sol es imprescindible, especialmente durante la mañana, cuando nuestros ojos están más sensibles. Durante el invierno, los anteojos oscuros también nos protegen del viento y hacen que la piel del contorno de los ojos no se arrugue tanto. Sin embargo, hay que tener algunos cuidados a la hora de elegir las gafas de sol.
Los anteojos nos protegen de los rayos ultravioleta, por eso cuando compramos uno de estos accesorios no sólo debemos fijarnos en la moda, sino en que sus vidrios cuenten con una protección alta contra los rayos UV. Recuerda que las gafas siempre deben comprarse en ópticas o lugares autorizados. Los anteojos que se venden en kioscos, puestos ambulantes o locales no autorizados no protegen contra los rayos UV.
También es importante saber que el color del cristal no tiene relación con la menor o mayor protección que ofrecen, sino que es sólo una cuestión estética o de gustos. Por ejemplo, un cristal color ámbar puede proteger de la misma manera que unas gafas negras. Para las personas con algún problema de vista, también existen los lentes de sol con cristales fotosensibles.
La exposición al sol sin una protección adecuada puede producir problemas como las cataratas, la queratitis o la enfermedad macular, además de provocar un envejecimiento prematuro de la piel.
También es importante que utilicemos una crema con retinol especial para el contorno de los ojos. Esta zona de la piel es muy delgada y por eso es propensa a arrugarse fácilmente. Es necesario cuidar la zona con un producto especial, ya que la crema para el rostro no será efectiva en el contorno de los ojos. Además, recuerda siempre quitarte el maquillaje antes de ir a dormir ya que pueden producirse irritaciones y envejecimiento prematuro de la piel. También puedes realizarte mascarillas especiales para evitar las bolsas en los párpados.
Recuerda que estar linda, elegante y a la moda no implica descuidar tu salud.