Unas uñas bonitas, fuertes, largas y prolijas son la carta de presentación de todas las mujeres. Sin embargo, no alcanza con que las dejemos crecer, también es necesario limarlas para que adquieran una buena forma, cuidar las cutículas y por supuesto, elegir el mejor color.
Para que las uñas pintadas queden bien uniformes, es necesario quitar totalmente todo el esmalte anterior, para que no queden irregularidades, y siempre lima las uñas antes de pintarlas. Trata de utilizar un quitaesmalte sin acetona para evitar alergias en la piel.
Recuerda que las uñas siempre deben pintarse de adentro hacia afuera y dejarlas secar muy bien para evitar desprolijidades. Es muy útil usar un sellador o capa protectora transparente, que hará que el color en las uñas permanezca intacto durante varios días y también le dará un poco de brillo que queda muy bonito.
Respecto a los colores, para el uso diario, en el trabajo o en la facultad, o simplemente para estar en casa, son recomendables los tonos claros: marfil, beige, blanco, o rosada son los mejores, ya que lucen bien y tienen la ventaja de que si se saltan un poco no se nota tanto. Los colores rojos, violetas, morados o plateados, déjalos para ocasiones especiales, así te verás diferente y elegante.
Durante el verano, puede ser necesario guardar los esmaltes en la nevera, ya que el calor puede hacer que varíen de textura y ya no lograremos un color uniforme sobre las uñas. Además, antes de pintarte debes agitar el esmalte para que se unifique bien. También debes tener la precaución de tapar bien el esmalte apenas terminas de utilizarlo.
Hay que tener en cuenta que los esmaltes de uñas no sólo contribuyen a nuestra estética, también ayudan a que las uñas crezcan más fuertes. Un consejo de oro es nunca secar las uñas al sol, ya que se quebrarán más fácilmente y pueden mancharse. Y si te manchas la piel cercana a la uña con esmalte, embebe un hisopo o cotonete en un poco de quitaesmalte y pásalo suavemente, para limpiar la piel sin dañar el color en tus uñas.